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Aurelio Martinez; alcanzado por Cristo

Madrid, España - 30 de diciembre del 2011 - Por Natalia Martinez

Me han pedido que os de a conocer a nuestro hermano Aurelio; ha sido mi profesor, coordinador de mi Comunidad, mi padrino de confirmación y es mi padre. Visto desde todas estas perspectivas destacaría en él tres rasgos: primero la búsqueda de la verdad y la disconformidad manifiesta por lo “políticamente correcto”, segundo su amor apasionado por la Palabra de Dios y tercero el don de la enseñanza.

 

Nació en Valladolid el 15 de Septiembre de 1931, día dela Virgen de los Dolores, hijo único y tardío. Su familia no era especialmente devota por aquel entonces y esto, junto con la enfermedad prolongada y posterior fallecimiento de una prima suya que sus padres habían "adoptado" como hija, hizo que no fuera bautizado hasta el 7 de mayo de1932, hecho bastante raro en la España de aquellos tiempos.

 

A los 17 años tuvo su primer encuentro con el Señor a través de la JOAC (Juventud Obrera de Acción Católica) pero al cabo de unos años hubo un enfriamiento progresivo en su vida espiritual. Estudió Derecho y Filosofía mientras daba clases particulares para pagarse los estudios y posteriormente se dedicó a la enseñanza porque era esto loque realmente le gustaba aunque no lo que más dinero le podía aportar.

 

Durante el gobierno del general Franco, a finales de 1968, en esa búsqueda de la verdad, su afán crítico y su disconformidad, se hizo miembro del partido comunista pero en poco más de dos años se va desengañando de los hombres y de la filosofía de Marx . Una noche del mes de Enero de 1979 termina en un calabozo de las Salesas de Madrid y ahí, por la misericordia de Dios, experimenta una transformación y sale con la mente y el corazón renovados.

 

Comienza a frecuentar la Eucaristía y, al final del año, celebra el Sacramento de la Reconciliación.

 

Es un tiempo de búsqueda, fundamentalmente en su parroquia, de la que muchas veces salía preocupado por oír hablar de los hombres más que de Dios, y, a través de la figura del entonces papa Juan Pablo II y la lectura del “ Osservatore Romano”, se aproxima progresivamente a la Iglesia.

 

Durante el año 1982 le ocurren algunos acontecimientos para él muy significativos: su hija le elige como padrino para su Confirmación , se produce la reconciliación pública con un viejo amigo cicatrizándose profundas heridas y, a primeros de Agosto, viaja con su hija desde Jaca a Santiago de Compostela de modo que, un viaje inicialmente previsto como turístico y cultural, se convierte un una peregrinación gracias a la lectura de “El concepto de la vida según el Cardenal Mercier” (le impresionó vivamente un comentario al pasaje de Hch 2: 42: “Acudían asiduamente a la enseñanza de los Apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones”) y, hecho un tercio del Camino, a la inspiración del rezo diario del Santo Rosario.

 

A finales de Agosto conoce en Jaca, a través de un sobrino, a Carlos Calvente, que le invita a un Retiro de la Comunidad, entonces incipiente, de Palabra de Vida en Madrid, al que asiste con toda su familia. En ese retiro, que versa sobre la Sagrada Familia, la Santísima Trinidad, encuentra algo diferente de su vivencia espiritual hasta ese momento, tal vez “demasiado griterío y estrépito” y sin embargo, sale de allí diciendo “estos deben de estar locos pero creo que yo soy carismático”. Realiza el Seminario de Vida en el Espíritu durante siete semanas con su esposa Carmina, por casete y apoyados por Carlos y comienza a devorar la Biblia y a vivir la oración y la Eucaristía de forma diferente.

 

En 1983 me regaló en mi cumpleaños mi primera Biblia, con la siguiente dedicatoria: “Que el Señor te conceda la gracia de tener siempre presente que Su Palabra es palabra de vida”. Esta dedicatoria creo que resume su sentir y actitud hacia la Palabra, la importancia de leerla, conocerla, meditarla y vivirla de forma radical (“hasta la empuñadura”).

 

Dice San Pablo en Efesios 4: “Él mismo dispuso que unos fuesen apóstoles, otros evangelizadores, otros pastores y maestros… para edificación del cuerpo de Cristo”. Creo que el Señor ha adornado a Aurelio con el don de la enseñanza y con él nos ha edificado a los hermanos a lo largo de su vida en comunidad; recuerdo especialmente ciclos de enseñanzas como las del “Padre Nuestro” o “Las bienaventuranzas”. También dice la Palabra que la fortaleza de Dios se manifiesta en la debilidad de los hombres y así como hemos gozado, aprendido y crecido con sus enseñanzas, también más de uno de nosotros alguna vez hemos mirado el reloj ante la fluidez inacabable de sus palabras o nos hemos sentido cohibidos en alguna ocasión por el torrente, firmeza o incluso brusquedad, de su voz. El Señor fortalece a sus hijos con la humillación y en 2005 a raíz de la intervención de un cáncer de pulmón, sufrió una parálisis de la cuerda vocal izquierda que le produjo una afonía al principio severa y que en la actualidad va recuperando de forma progresiva.

 

Para terminar, sólo expresar mi deseo de que nuestro hermano Aurelio recupere su voz para que pueda cantar las alabanzas al Señor y seguirnos edificando y que continúe su carrera para alcanzar a Cristo como Cristo Jesús le alcanzó a él.

 

Te quiero, papi.

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