"El tiempo es uno de los dones más preciados que Dios puede darnos,

porque en él se quedan inmersos los más gratos recuerdos y se forman las más profundas relaciones, el tiempo goza de las cualidades propias de su creador concediendo a quien lo aprecia la sabiduría de la experiencia. Hace algún tiempo Dios me llamó a estar en La Brecha, y aunque había decidido que sería por un año, el capricho del destino se esforzó en que fueran dos, doy gracias infinitas a Dios por aquello, de otra manera, no hubiese podido conocer la comunidad El Señorío de Jesús en Vitoria, España. Estos ocho meses han pasado deprisa, queda en mí el recuerdo y sobre todo la gratitud hacia todos quienes hicieron posible que cumpliera con la misión que me encomendó El Señor.

Jamás olvidare: mi primera reunión con Gorka y Loli, mis responsables de Brecha, para asignarme los servicios en la comunidad; los grupos pastorales y pastoreos personales con Rosario; los viajes Logroño 1 y Logroño 2 con mis entrañables hermanas y amigas Ruth, María y Sara; la preparación del Festival de Bienvenida de Adelante con Ainhoa y Cristina; las reuniones de Centinelas con Ire, Cesar, Sofía, Danilo; mi queridísimo Ministerio de Adolescentes Auxi, Daniel, Clara, María, Gabriel; haber conocido el pantano con David, Aitor, Jesusón, Elías; las clases de informática para Sergio; el trabajar en el Centro Comunitario con Isabelita y Javier; la oración de la noche con Isabel Busto; haber subido el monte de Valderejo con Iñigo y Leire; las comidas de los domingos con Fernando, Auri y David; haber conocido la sociedad de Fefe y Rosa Mari; las visitas a Iciar en la tienda del Baskonia; Irati pintando la cara a Jontxu en la convivencia del sector de familias; haber cuidado a Iratxe los miércoles; haber recibido el retiro de misión con Onofre; la misa en la residencia que sirve Txetxu; las sonrisas de Asier y Samuel; los viernes de confirmación con Miren, Josu y Erlantz; haber bailado con Luis y Maite; el servicio de Jesús; las filmaciones de Elpidio; el café irlandés para embarazadas de Estibaliz; el cuidado de infantes los viernes a Naxari, Alba, Susana; la visita a Urkiola con Mariola y Miguel; los libros de Jorge; la mirada de Judit; la misa en Desamparadas con Juan Pedro y Fina; el viaje a San Sebastián con Carmita; las conversaciones con Neito y Emi; la oración en la vigilia de Fuego Nuevo con Fernando Aldea; el video de fiestas de Vitoria en casa de Dory y Gerardo; el paseo de la senda con Aldo e Inma; los dulces de café de Hernán y Gloria; la JMJ con Alex, Rebeca, David, Mariana; haber escuchado el testimonio de Maruja; la mañana que compartí con Toñi; haber visto la recuperación de Pauli; los mails de Juven; la misa en San Antonio con Juliana; los chocolates de José Carlos; haber escuchado la oración de Meli; los viajes en el coche de José Antonio y Davi; la asamblea cada viernes con Alfredo, Fernando Gallego, Irene, Ignacio, Juana, Juanjo, Chelo; las misas del Padre Miguel Ángel; la Adoración Perpetua al Santísimo en San Antonio; …

Me despido con el gozo y la paz haber vivido momentos preciosos con todos ustedes, cada uno forma parte importante de mi corazón y de esta comunidad, con toda certeza puedo decir que nuestro Dios se goza en ustedes,

los llena de una gran fe y amor.

¡Ha sido un placer, hasta una próxima oportunidad!

Dios y María Santísima los bendigan siempre.

 

Con mucho cariño, Gianella