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Campamento Centinelas CNA 2014

Madrid, España - viernes 26 de setiembre del 2014 -  Por Ruth T.

A finales de Julio en el complejo Fray Luis de León (Guadarrama, Madrid) tuvo lugar el primer campamento de centinelas organizado por el movimiento de la Renovación Carismática Católica.

 

Durante esos días aproximadamente 250 jóvenes y adolescentes de todas partes de España se reunieron para recibir formación, rezar juntos, reflexionar, participar de la misa juntos y llevar a cabo diversas actividades. El campamento estaba centrado en la palabra de Ezequiel 33, 7 en la que Dios quiere que seamos centinelas.

 

Todos los días amanecía con frío debido a la proximidad de la sierra pero en el transcurso del día esto iba cambiando. Las mañanas solían comenzar con un sano desayuno seguido de un tiempo de oración. Después de esto, los jóvenes y los adolescentes se separaban para escuchar diferentes reflexiones acorde a su edad. Generalmente el día estaba cargado de momentos para compartir entre personas de su edad y también para disfrutar en la piscina o mediante los juegos y las dinámicas. Un punto de inflexión durante el día eran los talleres diarios que se daban sobre diferentes temas como sexualidad, vocación, música rap, manualidades.

 

Además de todo esto todos los días había misa, la música y la cercanía de estas celebraciones es impresionante ya que acerca más a los jóvenes a DIOS. Es un momento especial de compartir entre hermanos en el que el centro es Cristo. Los jóvenes y adolescentes viven esto con un verdadero anhelo y no como algo aburrido.

 

Un momento especial a resaltar de lo que vivieron esos 250 jóvenes en Madrid fue el acto de evangelización que hubo en el pueblo más cercano a Guadarrama. Todos estaban concienciados que era importante dar a conocer a Jesús de una manera natural y ver que los católicos no somos gente rara. Hubo un pequeño concierto en la plaza del pueblo y muchas personas se acercaron ahí por curiosidad pero de una manera u otra se llevaron un poco de esperanza para sus hogares.

 

Finalmente, el campamento acabo con una gran velada ambientada en un Tú sí que vales, en el que cada grupo mostraba sus habilidades. Al día siguiente después de muchas lágrimas y con muchos más hermanos cada uno volvió para su casa sin olvidar lo que habían vivido en esos días.

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