Como viene siendo habitual la comunidad de El Señorío de Jesús celebra el último domingo del curso comunitario el Día de Campo. Es un día plenamente festivo. Celebramos el día del Señor en plena naturaleza. Este año nos reunimos el 6 de julio en Nuestra Señora de Ocón, un entorno natural privilegiado, con variedad de especies y unas amplias campas donde poder disfrutar y jugar. 

 

También es habitual en nuestra rutina de ese día compartir nuestro almuerzo con los hermanos, paseamos, participamos de los juegos y celebramos la Eucaristía. Después tomamos un aperitivo, charlamos un poco y llega la hora de la comida, sobremesa, tertulia, partida de mus para unos, otros fútbol (este año con un lesionado ya plenamente recuperado), las coreografías infantiles nos levantaron a todos de nuestros asientos. 

 

Si hubo algo excepcional este año fue la participación de una gran mayoría de personas de todas las edades en la realización de flexiones. Fue una actividad improvisada, pero como se dice “con mucho gancho”. ¡Qué nivel, Maribel! Pero lo cierto es que algunos y algunas al día siguiente no sentían ni las piernas ni los brazos. 

 

Compartimos y disfrutamos el día con los invitados y los hermanos y también sentimos y recordamos la falta de los ausentes. El ministerio de niños estaba en Portugal para participar de su campamento con los niños de la comunidad de A Boa Nova y  Palabra de Vida. Recordamos a los hermanos mayores y a los enfermos, también a  Maite, ingresada en Txagorritxu por apendicitis.

 

Agradecemos a Dios poder compartir y disfrutar de pequeñas cosas con hermanos y amigos en un ambiente tan jovial y alegre.