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Tarde de Hermanos

20 de febrero de 2017. Centro Comunitario. Por el Pater Txetxu Medina

Tarde de hermanos con la reflexión del pater Txetxu sobre la misericordia de Dios basada en Juan 8, 1-11: "Cuando señalas, te señalas"

 

CUANDO SEÑALAS… ¡TE SEÑALAS!

 

1.- El que esté sin pecado que arroje la primera piedra (Jn 8,1-11). Siempre que llega el momento de proclamar este Evangelio recuerdo aquella conocida sentencia: “Cuando señalas con un dedo a alguien… tres dedos, de esa misma mano, te apuntan a ti”. (Os habéis dado cuenta; ¡probadlo!).

Cápsula:

¡Qué distintas son las medidas del Señor para tratar los defectos y los fallos de los hombres! No los pasa por alto, pero tampoco los expone en un escaparate para su contemplación. Puede más en su corazón, los deseos de redención que los de destrucción de la persona.

Exposición del tema:

2.- Esta es la misericordia de Dios que es enseñada y presentada por Jesús: más allá de las leyes, de las normas y de los preceptos:<<está el corazón del hombre>>. Y el corazón, es lo que le interesa a Dios entre otras cosas, porque sólo El y nosotros, podemos saber lo que ocurre en nuestro interior o las circunstancias que concurren en la situación de cada persona. ¡Poco les importaba a aquellos fariseos la vida de aquella adúltera a aquellos que solicitaban una interpretación de Jesús! A ellos lo que les movía era el poner contra las cuerdas a Jesús.

3.- En vísperas de la Cuaresma del Señor todavía estamos a tiempo de curarnos primero a nosotros mismos [con la ayuda de Dios]. De mirar con detenimiento esa película que todos tenemos guardada en el corazón, y a continuación mirar aquellas escenas en las que alguien, y en algún momento, ha tenido misericordia o delicadeza con ciertas acciones que nos causaron vergüenza personal o colectiva.

La diferencia entre un amigo de Jesús y uno que no lo es ¿sabéis donde está? En que el amigo de Jesús, aún siendo conocedor de las faltas de sus hermanos, lejos de condenarles les ayuda a superarlas; lejos de airearlas procura meterlas en cuarentena para que pierdan fuerza; lejos de liquidar de un plumazo a persona y pecados…intenta ver el lado positivo de su vida para el afectado salga de ese estado y pueda vivir con dignidad.

Siempre que leo este pasaje de Jesús y la adúltera me acuerdo de aquel paciente que iba a un médico con la garganta destrozada de tanto fumar. Era tanto el dolor que sentía que un día se atrevió a sugerir al sanitario: “aunque sea quíteme la garganta porque no puedo vivir así”. Y, el médico, le contesto: “No hombre; lo que Vd. tiene que quitarse es de fumar”.

Ahí estaría el reto de la mujer adúltera. A ella mucho le perdonó Jesús (él era buen médico y conocedor de su interior). A ella lo que le faltaba era lo más importante: no echar más hollín a su pasado oscuro y comenzar de nuevo. Pero, ¿Se lo permitirían aquellos que le acusaron? ¿Fueron víctimas de su propio complot en contra de Jesús?

 

Conclusión:

Pidamos al Señor que, a partir de hoy mismo, seamos capaces de admirar a  Jesús que tiene un modo peculiar de ver y de sentir las cosas: siempre a favor del hombre y lejos de aquello que va contra su dignidad.

Pidamos al Señor que aprendamos la siguiente lección: <<la corrección del mal comienza con el perdón y no con el reproche>>.

 

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