Poco antes de acabar el curso comunitario, el sector de la tercera edad de la comunidad, tuvimos la oportunidad de reunirnos de nuevo. Por diferentes motivos no pudimos estar todos, pero los tuvimos muy presentes a lo largo del día.

           El encuentro tuvo varios momentos y, como en cada uno de ellos, lo comenzamos con un buen rato de oración. Acto seguido, nuestro hermanos Fernando Aldea, nos dio una enseñanza muy práctica sobre “la vida física y espiritual de las personas mayores”. Basándose en diferentes frases y testimonios nos habló de cómo tenemos que aceptar nuestras limitaciones físicas  propias de la edad; adaptarnos a nuestra realidad personal peso sin dejar de “dar fruto”; dando gracias a Dios por lo que hemos hecho y por lo que podemos seguir haciendo, sin caer en el desánimo, cada uno dando el fruto que puede en la medida de sus  posibilidades. No debemos sentirnos derrotados por la edad porque el Señor nos dará la gracia necesaria para seguir llevando a cabo nuestra misión, cada uno con sus circunstancias. Tenemos que aceptar esa misión como un regalo de Dios, porque los que nos falta a nosotros Él lo proveerá y llevará una parte de nuestra carga.

           Después de esta reflexión tomamos un aperitivo y luego tuvimos la oportunidad de comer todos juntos y de seguir compartiendo en la sobremesa. Contamos con el servicio de varios jóvenes encargados de decorar el salón, las mesas, servirnos la comida y recoger todo.  Gracias a ellos, nos sentimos muy queridos.

                Fue un encuentro muy entrañable.